03 noviembre 2007

La diversidad, la independencia y la libertad.

A menudo me viene a la mente la violencia que pude observar en la Tomatina del año pasado cuando llegó el momento de subir a la piñata. No comprendía porque motivo cuando alguien subía mas arriba que los demás todo el mundo se afanaba por agarrarla y bajarla de allí, incluso les pegaban, los desnudaban para que bajaran, se subían encima de ellos y los empujaban hacia abajo como si lo importante no fuera coger el premio sino que aquella persona no subiera, el objetivo era que nadie subiera por encima de los demás. Lo que en principio se había concebido como una prueba de habilidad se había convertido en una caza de habilidosos.
Todos hemos tenido amigos raros (o por lo menos nos lo parecían a nosotros), no compartían nuestras ideas o nuestras aficiones o nuestros gustos, y naturalmente hemos tenido amigos con los que compartíamos gustos, aficiones e ideas.
Siempre he pensado que debía respetar a esas personas con las que no compartía casi nada porque el respeto es uno de los derechos fundamentales de la persona, y porque daba por supuesto que ellas pensarían lo mismo de mí (el raro sería yo) y como es lógico quería que me respetaran y me aceptaran como yo soy.
Pasado el tiempo me daba cuenta que aquellas personas con las que no compartía ni siquiera la forma de vestir, eran las que mas me hacían pensar sobre mis posicionamientos intelectuales y sobre mi forma de ver la vida. Dejando a un lado a los que no podía soportar, las otras personas siempre me han enriquecido y me han ayudado a tener una visión mas completa y variada de las cosas, en definitiva, me han hecho pensar, por eso en este momento de mi vida pienso en lo conveniente de la diversidad de las personas, de las distintas formas de pensar, de vestir, de creer, de amar, de sentir e incluso de odiar.
Respeto que a algunas personas no les guste el baile, o salir, o reír o soñar o cualquier otra cosa de las que a mi me gustan, pero me gustaría no incomodar a nadie con mi forma de ser, con mis gustos o aficiones ni siquiera con mis amistades. Si todos fuéramos iguales y nos gustaran las mismas cosas indudablemente la vida sería mucho mas aburrida. El pensamiento único no forma parte de mi manera de pensar y por tanto acepto casi todos los planteamientos y formas de ser diferentes a la mía.
Siempre he intentado complacer y entender a aquellas personas diferentes a mi pero a menudo veo que hay personas que te ignoran o menosprecian porque no piensas como ellas o porque no te unes a sus causas (a veces irrelevantes o inexistentes), te das cuenta que a veces muestran envidia, recelos e incluso enfados con tu forma de ser . He meditado mucho intentando comprender el porqué de estos comportamientos y siempre llego a la misma conclusión………., la libertad y la independencia se toleran poco y a menudo no se perdonan. La sociedad no te deja elevarte sobre ella. La persona independiente tiene que pagar el precio de su osadía por querer ser diferente y se encuentran en la misma situación de aquel que intentaban subir a la piñata y los demás se lo impedían utilizando cualquier método válido para frustrar su intento, porque lo importante es que no subieran por encima de ellos.
Me gustaría que se respetara la diversidad, la autonomía y la independencia y que cada uno haga lo que quiera, se agrupe con quien quiera, que bailen, que no bailen que coman o que no coman y vaya donde quieran o que no vayan, porque eso forma parte de nuestra libertad y nuestra diversidad y sin duda nos enriquece.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA PEPE,SOY ROCIO,VAYA PRECIOSIDAD DE PAISAJE QUE HAS PUESTO PARECES QUE ESTÁS DENTRO DE ÉL,SI FUERA UN POQUITO MÁS ANCHO IGUAL PODRIAMOS HACER UNA RUEDA DENTRO LA PIEDRA JE JE.BESITOS

Anónimo dijo...

jajaja, no habia pensado lo de la rueda, pero el espacio es perfecto, lo único es que tendriamos que echar de alli al moro y me temo que lo tiene considerado su parcelita. Gracias por el comentario

Anónimo dijo...

Perdon, he querido decir Arabe